Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 13 de marzo de 2011

Al historiador Héctor Agüero y sus "mitos adecos" es decir" "chavecista"...

¿La saga de Guaicaipuro?

Funciona para poner al descubierto la falacia del discurso del presidente Chávez y de sus acólitos

ELÍAS PINO ITURRIETA | EL UNIVERSAL
domingo 13 de febrero de 2011 12:00 AM

Si nos atenemos al discurso presidencial, los sucesos que ahora se describirán remontan a la época de la resistencia indígena, cuando los antepasados autóctonos pelearon contra los antepasados conquistadores con el objeto de evitar una invasión inesperada y ventajista. Para entender lo que ahora sucede habría que retornar hacia esas auroras dolorosas, de acuerdo con uno de los mensajes más caros para el primer magistrado. Pero también existe la posibilidad de entenderlos mediante una referencia reciente que, en cierto modo, nos obliga a pensar en fenómenos del pasado que se niegan a pasar: la huelga de hambre emprendida por el jesuita José Korta en noviembre de 2010, para llamar la atención sobre las penalidades del pueblo yukpa establecido en Perijá. El gesto produjo reacciones en la comunidad internacional y, de retruque, movió el corazón del Gobierno. La "revolución" se había hecho de la vista gorda sobre el tema, había dejado de lado su retórica sobre los derechos ancestrales de la autoctonía, pero entonces, mientras Korta detenía su ayuno voluntario, se comprometió a buscar soluciones.

La huelga del jesuita quería hacer del dominio público la situación de injusticia y explotación experimentada por los yukpas, cuyo ámbito sufre cada vez más una penetración de elementos foráneos, en especial de factores económicos ajenos a lo comarcal y a los valores genuinos de la comunidad, capaz de desembocar en situaciones de irreversible y monstruoso menoscabo. Los antecedentes próximos de la situación se localizan en 1920, cuando la dictadura gomecista entregó a una familia de blancos "racionales" 45.000 hectáreas de superficie en el piedemonte de la Sierra de Perijá. Desde entonces suceden situaciones de enfrentamiento entre los colonos autorizados por el gobierno y los pobladores originarios, cuya presencia en el lugar data de la primera mitad del siglo XVII y contra la cual se ha procedido por medios violentos: amenazas veladas y expresas, asalto de predios, incendio de conucos, mudanzas forzosas y delitos de homicidio. De la violencia surgió hace poco un líder, el cacique Sabino Romero, quien se opuso a la dominación de las propiedades de sus semejantes y llegó al extremo de recuperar por la fuerza lo que la fuerza les había arrebatado. Cuando crecía la fama del cacique ocurrió un hecho pavoroso: su padre, un anciano mayor de cien años, fue muerto en una salvaje agresión en torno a la cual no se han hecho averiguaciones. Debido a numerosas turbulencias algunos miembros de la comunidad yukpa se distanciaron de la influencia de Sabino y llegaron a agredirse a la recíproca. En una de tales escaramuzas ocurrió la muerte de dos personas, hecho atribuido a Sabino pese a que se encontraba desarmado cuando sucedió el episodio, y por el cual se le ha sometido a proceso en un tribunal del estado Trujillo.

Circula un "Pronunciamiento del Hermano José Korta", respaldado por los colectivos Causa Amerindia y Universidad Indígena de Venezuela, en el cual manifiestan sorpresa ante la diligencia de las autoridades para procesar al cacique, mientras la sucesión de crímenes y el imperio de la impunidad son habituales en la región. La conducta del CICPC, de la Guardia Nacional, del Ejército y del Ministerio Público se caracteriza por "el sorprendente empeño" puesto en el caso, aseguran. Pero hacen denuncias más escandalosas, en especial la relativa a la connivencia de los funcionarios de la "revolución" en la campaña contra la comunidad yukpa. Hablan del apoyo que el Ministerio del Interior y Justicia ha dado a los ganaderos en su lucha contra los indígenas, y de las presiones descaradas que ejercen para impedir que se imponga la equidad ante una larga y férrea cadena de depredaciones. Más todavía: señalan la posibilidad de que intereses "transnacionales" aupados por el régimen actúen tras bastidores, debido a que quieren pescar en un río revuelto de carbón y otros minerales. En suma, se ha gestado un panorama de violencia y confusión que ha llevado a la Sociedad Homo et Natura a proponer la creación de una Comisión de la Verdad, para buscar salida transparente a un estado de violencias y trampas que clama al cielo.

Los religiosos consideran que Sabino Romero es "el Guaicaipuro del siglo XXI". Además, comparan a los ganaderos de la región con los encomenderos del período colonial respaldados por un régimen cuya actitud se parece a la de los monarcas españoles de entonces. La analogía haría del Hermano Korta y de sus compañeros de causa unos sucesores del padre Las Casas, se pudiera agregar. Seguramente la enormidad del anacronismo no conduzca a buen puerto, pero no deja de ser interesante. Funciona para poner al descubierto la falacia del discurso del presidente Chávez y de sus acólitos, quienes se han vendido como defensores de los pueblos autóctonos y como enemigos de los colonialismos. Del discurso se desprenden bravatas como la demolición de la estatua de Colón, episodio de relumbrón para encandilar a la galería, pero nada de real importancia en función de un cambio equitativo de las cosas. Una lectura tan absurda de la realidad no permite el arreglo de los entuertos, sino apenas la alternativa de correr la arruga mientras se multiplican situaciones como la que se ha descrito. Tal vez el Hermano Korta y los apóstoles que le acompañan en la denuncia del caso del pueblo yukpa se hayan extralimitado en el manejo de analogías desfasadas, pero su voz suena como una clara campana.

eliaspinoitu@hotmail.com
NOTA:

Me importa un bledo - ¿Qué es Bledo?

majoranahortensis Cuando a usted una cosa no le importa nada o le interesa muy, pero que muy poco, ¿cuál es la expresión que utiliza para expresar ese desinterés? ¿Dice que le importa un comino, un pimiento o un bledo?



Un comino es una cosa pequeña. Más difícil es justificar la referencia al pimiento; el español es muy aficionado a este fruto, verde o rojo, y tal vez haya que buscar el origen de ese desprecio en una superabundancia de pimientos en determinadas épocas de nuestra historia; después de todo, los jugadores de mus también los menosprecian al cortar el mus diciendo eso de "a la mano, con un pimiento".

El bledo es una planta anual de la familia de las quenopodiáceas. La misma familia a la que pertenece la acelga... que, curiosamente, en catalán se llama bleda . O sea que cuando usted dice que algo le importa un bledo está reconociendo que no les da a las acelgas la menor importancia, el menor valor.

Con todo, pensar en bledos es hacerlo en la última escena de Lo que el viento se llevó , cuando a la pregunta de Scarlett O'Hara de "¿qué va a ser de mí?" responde fríamente Reth Buttler: "Francamente, querida: me importa un bledo".

Caracas: hierba, indígenas y ciudad

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La hierba caracas, a la cual debe su nombre esta capital, es considerada un alimento altamente nutritivo, con propiedades medicinales y amplio uso en los más importantes ritos tradicionales de los nativos de estas tierras.

El origen de la planta, de corto penacho rojo, se remonta cerca de siete mil años atrás, y tuvo para mayas, aztecas, incas y caribes tanto valor como el arroz para los chinos.

En Venezuela también se le conoce por huautli, amaranto, pira o bledo.

El historiador Iván García comentó que el nombre de la urbe, fundada en 1567, está asociado a varias versiones.

Las leyendas cuentan que, al arribo de los conquistadores de España a estas regiones, los indígenas maceraban yerbas, y al ser interrogados sobre el nombre del lugar la respuesta fue "caracas, caracas, caracas", narró García.

Asimismo, relató que las tribus caribes que poblaban la zona también eran llamadas caracas.

Mucho antes de la llegada de Diego de Losada, fundador de la ciudad capital, el consumo de la caracas estaba presente en atoles, tamales, aguas frescas, tortillas, y sus semillas formaban parte de los tributos que ofrecían los pueblos a sus deidades.

El sobrenombre de bledo lo adquiere la hierba por la similitud con una oriunda de los montes de España.

Las crónicas, que recogen los momentos de la colonización, reflejan las impresiones causadas por las grandes extensiones del valle sembradas de la planta, a las cuales describieron "como un lago de sangre".

Dominar a los indígenas que poblaban Venezuela no se materializó hasta el siglo XVI y las huestes españolas tuvieron que enfrentar la fuerte resistencia de los nativos.

Los escritos históricos recogen que los conquistadores acreditaban a la planta caracas, base alimenticia de los guerreros indígenas, la fuerza y la audacia en las batallas.

El contraataque consistió además en eliminar las plantaciones e introdujeron el trigo y otras menos nutritivas.

Forma parte de la historia venezolana la intransigencia del cacique Guaicaipuro, quien desafió a las tropas que intentaron dominar el valle, con una unión de indígenas que derrotó tres expediciones de la conquista.

Fue Losada quien contraatacó y sorprendió a Guaicaipuro, lo acorraló en su bohío y logró darle muerte. El capitán español dio nacimiento a un pueblo en el valle, rodeado de una cadena montañosa conocida como el Monte Avila.

Lo nombra Santiago de León de Caracas: Santiago por el apóstol tradicional de las guerras de España; León por el gobernador Ponce de León y Caracas por las tribus originarias del lugar.

En la actualidad el león es el símbolo de la ciudad y está representado en el escudo de la urbe, hasta en el logotipo del equipo de béisbol.

En la religiosidad de los primeros pobladores de estas tierras, la también llamada pira tuvo vital importancia; las semillas se mezclaban con miel para formar una masa llamada tzoatlli, con la que se moldeaban figuras de deidades para diferentes cultos.

Referencias históricas señalan que las estatuillas las llamaban tapictoton y al acabar el festejo las dividían entre ellos para consumirlas.

Científicos señalan varios usos de la hierba caracas como cereal, para forraje animal, antioxidante natural y en la cosmetología, entre otras ramas.

Dentro de la medicina, es efectiva para combatir afecciones como la diabetes, obesidad, osteoporosis, hipertensión arterial, insuficiencias hepáticas y renales.

Es además fuente importante de proteínas -contiene el doble que el maíz y el arroz-, así como minerales, las vitaminas A, B, C, B1, B2, B3, ácido fólico, calcio, hierro y fósforo.

Dentro de las nuevas formas de socio-producción que se impulsan en Venezuela, surgen las cooperativas y varias de ellas se dedican al cultivo de la planta. Se prevén campañas de información sobre las propiedades de la pira del penacho rojo.

11/09/2008










Una revolución de la historia

Un grupo de historiadores se ganan la vida gracias a su rol de "traductores" del ayer

ELÍAS PINO ITURRIETA | EL UNIVERSAL
domingo 6 de febrero de 2011 12:00 AM

Mucho se ha hablado del interés del presidente Chávez y de sus seguidores en relación con la historia patria. Se ha dicho que la quieren escribir de nuevo para colocar la memoria colectiva al servicio de un proyecto de hegemonía, y se han mostrado evidencias susceptibles de apoyar el argumento. Con la creación de un Centro Nacional de Historia, al cual se ha concedido calidad de "rector" de los recuerdos de la sociedad, el Gobierno ha movido los resortes para llevar hasta amplias capas de la población su interpretación del pasado. Buena parte del plan se sostiene gracias al auxilio de un grupo de historiadores profesionales, quienes se ganan la vida gracias a su rol de traductores del ayer en atención a la versión del jefe. Acuden a las fuentes y las leen a su manera, pero tratan de hacer su trabajo de llevarnos a una idea distinta de los sucesos de los antepasados. No es lo propio del oficio de historiadores formados en la Universidad, pues se mueven de acuerdo con las señales de una batuta que no maneja precisamente un Herodoto del trópico, pero guardan las apariencias.

¿Hasta dónde pueden llegar en su propósito, ellos y su jefe? ¿Qué fuerzas son capaces de despertar tales apariencias? Recientes episodios de Trujillo, que se describirán de seguidas, pueden ofrecer respuesta. Encuentran origen dichos episodios en la fabricación de una heroína de la Independencia, a quien hasta la fecha nadie había conocido pese a fatigantes búsquedas en los archivos. Hace meses, el Cronista de la Ciudad dio cuenta de la existencia de una aguerrida combatiente contra los realistas, Dolores Dionisia Santos Moreno, a quien presentó como generala de los ejércitos republicanos y cuyo tránsito de faenas olímpicas comenzó a divulgar ante la sorpresa de la ciudadanía. Algunos colegas solicitaron información cabal sobre el deslumbrante personaje, pero el Cronista no respondió. La gobernación del Estado, en cambio, ordenó un óleo con la efigie de la nueva adquisición del procerato y creo una Orden de escala regional, con cuya condecoración adornó el pecho de la ministra de la Mujer. Mientras algunos curiosos buscaban sin suerte documentos sobre la generala, ocurrieron otras vicisitudes de importancia. De dos plazoletas de la capital fueron retiradas las estatuas de Cristóbal Colón y Sancho Briceño, uno de los fundadores de Trujillo, a cuya compañía se habían acostumbrado los viandantes. Nadie dio razón sobre la desaparición de los objetos, pese a que fueron sustraídos sin autorización del Instituto de Patrimonio Cultural. En breve se suscitó otra ausencia: de los salones del Concejo Municipal fue removida la efigie del fundador, Diego García de Paredes, que había obsequiado el Cabildo español de Trujillo de Cáceres para conmemorar los 400 años del nacimiento de la homónima villa. Se pidió entonces una explicación a la Alcaldesa, pero reinó de nuevo un silencio que tampoco fue perturbado por otro episodio relacionado con el fundador: el 8 de diciembre de 2010, su busto fue atacado con golpes de mandarria por un comando autodenominado Kuika, cuyos miembros festejaron en proclama la batalla librada contra un conquistador genocida.

Tales contingencias fueron el prólogo de la toma del Centro de Historia del Estado Trujillo, ocurrida el pasado 15 de diciembre. Al grito de ¡Victoria popular!, una turba invadió los espacios de la institución argumentando que buscaba "la recuperación de los espacios para el pueblo". La movilización contó con el apoyo del Coordinador de Cultura de la región, quien se hizo presente en el lugar. Los directivos del Centro solicitaron explicaciones, preguntaron sobre el soporte legal que pudiera justificar la sorprendente conducta. Solo escucharon consignas, ante las cuales se sobrepusieron para llamar la atención sobre los tesoros que tenían bajo su cuidado y sobre la obligación de preservarlos. Mostraron el inventario de los bienes que custodiaban, para que quedara constancia de la entrega forzada que de ellos hacían, y fueron finalmente desalojados. Fundado en 1958 en el domicilio conocido como Casa de la Guerra a Muerte, el Centro de Historia del Estado Trujillo ha sido uno de los más activos del país. Ha formado una rica biblioteca y ha mantenido un hermoso museo que visitan 4.000 personas al año, la mayoría escolares. Además, destacó por la edición de una puntual revista y por la realización de simposios y congresos caracterizados por la pluralidad. Pese a tales realizaciones, el gobernador del Estado, a través de un programa de radio que emite habitualmente, felicitó a los "recuperadores" del lugar. Aclaró entonces, sin embargo, que no estaba de acuerdo con un plan que tenía el Comando Kuika de ocupar las instalaciones de la ULA porque él había estudiado en sus aulas.

¿Cuál es el fundamento de las acciones descritas? ¿Son contingencias deshilvanas del cuerpo mayor de la nación? El entendimiento de la conducta del Comando Kuika, de los trabajos de la crónica parroquial y de la complicidad de las autoridades regionales, aconseja una observación panorámica que debe detenerse en la historia que le interesa al presidente Chávez y en la participación de sus historiadores auxiliares. Con sus toques de personalismo comarcal la revolución "historiográfica" hace prácticas en laboratorios pequeños, para preparar golpes de mayor contundencia contra la memoria arraigada en la sensibilidad del pueblo. De allí la entidad que puede tener el relato que ya termina.

eliaspinoitu@hotmail.com


El estadista de Angostura

¿Acaso no quieren tratar a los nuevos ciudadanos como inexpertos párvulos?

ELÍAS PINO ITURRIETA | EL UNIVERSAL
domingo 20 de febrero de 2011 12:00 AM

Establecido en Angostura con el apoyo de Páez, Bolívar se introduce en una faceta propia de estadistas de la cual ha carecido hasta la fecha la revolución de Independencia. Del salto de mata a un ensayo de estabilidad, de los papeles sueltos a una literatura de mayor coherencia y profundidad, tales son las evoluciones de la ruta que ahora realiza para convertirse en referencia de su tiempo y en alternativa de victoria frente a los ejércitos del rey. Ninguno de los republicanos se le compara ahora en la propuesta de ideas, debido a que hace que la Independencia ya no se juzgue como una correría de alborotadores.

Crea entonces un Consejo de Estado y decreta la libre navegación del Orinoco. Nombra a Luis López Méndez como representante en Londres, con el fin de promover transacciones mercantiles y la recluta de mercenarios. Funda el Correo del Orinoco, que comienza a circular el 27 de junio de 1818 para legitimar la revolución a través de mensajes modernos y para la apología de los líderes de la naciente república. El impreso es un portavoz crucial para el proyecto político que renace y para el apuntalamiento del poder de quien lo ha creado, como ningún vocero hasta entonces desde 1808. Pero su empresa de mayor relevancia es la convocatoria del Congreso de Angostura, en cuyo seno pronuncia un esencial Discurso el 15 de febrero de 1819.

La asamblea no destaca en materia de representatividad, pues apenas congrega 28 diputados a quienes se selecciona con presiones de la oficialidad mientras la mayoría de las comarcas, que supuestamente los han escogido, continúan bajo el control del enemigo armado. Sin embargo, trasciende sobre el resto de las deliberaciones de la época debido a que el convocante expone sus ideas sobre el gobierno y sobre la calidad de los gobernados a través de una reflexión mediante cuya lectura se descubren los límites de su republicanismo, las puertas que está dispuesto a abrir y las negaciones a las cuales se aferra. El espacio de la columna no permite las citas y el análisis que el documento merecen, pero se esbozará lo que parece fundamental.

Propone allí un poder céntrico que no permita las veleidades de la federación, ni la excesiva participación de quienes carecen todavía de entrenamiento para una convivencia moderna. Piensa en una administración que requiere de "un pulso infinitamente firme, un tacto infinitamente delicado para manejar esta sociedad heterogénea cuyo complicado artificio se disloca, se divide, se disuelve con la más ligera alteración". De allí la intención de establecer un presidencialismo vigoroso, pero también la creación de un elemento de contención entre la energía de la autoridad y las pasiones de la multitud: el Senado Hereditario. De allí también la necesidad de crear un Poder Moral que se encargaría de la "purificación" de las costumbres. Ambas propuestas son desechadas por los congresistas, debido a que se meten en honduras no propiamente republicanas. ¿Acaso no exhiben una desconfianza excesiva frente al pueblo soberano? ¿Acaso no quieren tratar a los nuevos ciudadanos como inexpertos párvulos? Los diputados prefieren volver sobre los arduos temas en el futuro, sin mayor prisa, aunque lo mismo resuelven sobre la abolición de la esclavitud que ha propuesto quien les rinde cuentas y les pide una nueva Constitución.

Un fragmento medular del Discurso de Angostura considera que la formación en la matriz española hace del pueblo una masa incompetente para las faenas de la libertad. No se trata de una tara congénita, de un mal engendrado por la naturaleza, sino de una mala jugada de la historia frente a la cual se debe actuar como hacen los preceptores con una cohorte de niños a quienes se empuja por su bien hacia el aula. Esos niños sólo pueden acceder a la felicidad con las paciencias y las cautelas de la cúpula. El grande hombre, quien ya luce como encarnación de la Independencia, piensa que debe ser también catedrático de una sociedad sin luces. La lectura desapasionada de sus palabras de 1819, que aquí lamentablemente no caben, conduce a tales conclusiones.

Un retrato de Bolívar, hecho por Pedro José Figueroa en 1819, después de las obras efectuadas en la ciudad del Orinoco, destaca la aspereza de su fisonomía endurecida por la inclemencia de las campañas, la copiosa cabellera negra peinada con cuidado en atención a la moda, los cerrados bigotes y el reto de una pose metida en pomposo uniforme de General en Jefe con charreteras de tres estrellas, todo un breviario de prerrogativas para la consideración de los observadores. Ya ha superado la alternativa de un poder distinto del suyo, que se había perfilado en Cariaco. Ya se ha ocupado mediante método definitivo de la peligrosa autonomía de Piar, después de amenazar a Mariño con medidas extremas. Ya se ha hecho de la amistad de Páez, que de momento parece tan sólida como sincera como para colocarla en la vanguardia de los soportes. Ya cuenta con plumas fundamentales para la legislación, la administración y la publicidad, entre ellas las brillantes de Roscio, Palacio Fajardo, Revenga, Zea y Ramos. Ya comienza a recibir los frutos de sus gestiones en Londres, convertidos en material de guerra, en soldados y en libras esterlinas. Ya es otra persona, en suma, orientado hacia la fragua de un republicanismo peculiar que todavía no se ha estudiado a cabalidad, sin hipérbole y sin gazmoñería. La revisión del capítulo estelar de Angostura puede ser un buen camino.

eliaspinoitu@hotmail.com


La Independencia como mitología

Para hacer cumplir la voluntad de Bolívar, Zamora, Padre, Hijo y Espíritu Santo

MANUEL CABALLERO | EL UNIVERSAL
domingo 12 de diciembre de 2010 12:00 AM

La mitología de la guerra de independencia en la Venezuela republicana posterior a 1830 y hasta nuestros días tiene caracteres menos políticos que fundacionales: los guerreros de la independencia, Bolívar en primer lugar, no crearon una nación ni un Estado, sino una cultura; no son guerreros victoriosos, sino nuestros primeros padres; no son hombres prestigiosos por sus hechos de armas y sus ideas, y ni siquiera son mitos, sino semidioses (y en el caso de Bolívar, un solo Dios). Trataremos en una primera parte de definir cuáles son los rasgos de esa mitología; y en una segunda, sus momentos más resaltantes.

Hay tres fases dominantes en la expansión de la mitología revolucionaria en la sociedad venezolana: el prestigio real de los libertadores, la mitología popular y el culto oficial.

Los estratos más bajos

En primer lugar, los libertadores venezolanos, una vez eliminada físicamente en el turbión de la Guerra a Muerte la élite social e intelectual, provinieron de los más bajos estratos de la sociedad: el mejor ejemplo posible es José Antonio Páez, de quien algún historiador mostraba el tremendo y súbito ascenso social y político diciendo que "había saltado de lavarle las patas al zambo Manuelote [capataz del hato donde trabajó] a la Presidencia de la República". El Libertador, que no pertenecía a esta clase sino que provenía de la antigua oligarquía "criolla", compensaba eso con el hecho de ser, además de un guerrero, un líder carismático como pocos en la historia de nuestro continente: Sarmiento, en su Facundo, le encuentra comparación, en ese terreno, sólo con José Gervasio Artigas, el héroe uruguayo. Las manifestaciones delirantes con que se le recibió en Caracas en 1827 dan la pauta del espontáneo fervor popular hacia su figura.

Pero a ese prestigio real, y sea esto dicho en segundo lugar, unen los héroes de la independencia (y en primerísimo y casi solitario lugar Bolívar) su carácter de mitos populares.

El culto oficial

Finalmente hay el culto oficial de los libertadores. Esa es una situación con partes iguales de espontaneidad y de inducción: los libertadores se admiraban a sí mismos por la gesta de su juventud, y concentraban esa admiración en quien los convirtió, de salteadores de caminos en Padres de la Patria. Y en cuanto a lo de inducción, los gobernantes venezolanos han seguido, incluso avant la lettre el consejo de Laureano Vallenilla Lanz a los historiadores argentinos: argentinizar "por el corazón" a las masas recién venidas, inculcándoles la religión patriótica.

Sobre la base del prestigio real de los libertadores, y de su transformación en mitos populares, los gobernantes venezolanos han ido formando la religión patriótica, en un país menos indiferente que indolente en materia religiosa. El culto a los libertadores, pero sobre todo a Bolívar se ha transformado en un fundamentalismo intolerante y fanático. Del desarrollo de este culto oficial señalaremos aquí varios momentos especialmente significativos.

1842. Está signado por la repatriación de los restos del Libertador a Caracas y sus impresionantes honras fúnebres.

La reconciliación

Por un lado, simbolizaba la reconciliación entre Páez y Bolívar, rematado todo eso con una tendencia que venía en Páez de mucho antes y que quedará plasmada en su autobiografía: su deseo de parecerse a Bolívar, de actuar como Bolívar, de ser visto como "el segundo Libertador".

1883. Aquí arranca el culto oficial a los libertadores y sobre todo a Bolívar: son los fastos del centenario de su nacimiento; es el bautismo institucional de la religión bolivariana. Y por aquello de Cuius regio, eius religio, es también la exaltación de Guzmán Blanco, como un hombre con los quilates del Libertador: la medalla conmemorativa presentaba en relieve los perfiles del Libertador y del Ilustre Americano.

1930. En este año se conmemoraban cien años de la muerte del Libertador, y es normal que su culto alcanzara extremos paroxísticos; pero sería un error creer que de allí "arranca" una nueva etapa de la religión patriótica, pues su desarrollo avasallante es muy anterior.

La segunda independencia

Y lo es porque algunas de las ideas del Libertador expresadas a partir de Angostura, en la Constitución boliviana y al final de su vida, casaban con la justificación de la dictadura.

1936. A partir de este momento, es decir, a partir del momento en que el pueblo hace su ingreso en el teatro político, a veces a trancas y barrancas, la religión oficial se vuelve religión popular. Eso se da ampliando y profundizando los caracteres religiosos de lo que en un principio había sido una admiración popular por una figura carismática.

1945. De todas formas, se insistía en los aspectos más conservadores de la religión patriótica bolivariana. Pero a raíz del 18 de octubre se da un vuelco y se va a agitar esa religión no como algo otorgado sino impuesto por la voluntad popular: el gobierno del trienio será el de la "Segunda Independencia".

1983. El proceso anterior se va a desarrollar ya sin dique posible entre la fecha anterior y esta última.

1992. Todo esto va a tener como remate una consecuencia actual, presente: el 4 de febrero de 1992 un grupo militar se alzó no en nombre de principios políticos o filosóficos, no en función de un programa de gobierno, sino, dijeron, para hacer cumplir la voluntad de Bolívar, Zamora y Simón Rodríguez, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

hemeze@cantv.net

Los dictadores y su gente

Solo entrarán en razón cuando tengan claro que Venezuela no les debe nada

MANUEL CABALLERO | EL UNIVERSAL
domingo 14 de noviembre de 2010 12:00 AM

Esto que van a leer hoy mis desocupados lectores lo hemos dicho tantas veces, que nada nos extrañaría que se nos acuse de estar brindando un "refrito". En todo caso, ahí va:

El primero de enero de 1959 las campanas se echaron al vuelo en América Latina, más tarde en todo el mundo: había sido derrocada la dictadura de Batista; un ejército de guerrilleros bajaba de la Sierra Maestra y a poco una ciudad en delirio recibiría a un Fidel Castro triunfante, flanqueado por su hermano Raúl, por Camilo Cienfuegos y por el argentino Ernesto Guevara, el Che.

Sino todo lo contrario

Se saludaba el derrocamiento de una tiranía, y se celebraba un movimiento armado que no dirigía un general sino un abogado, que a su lado traía un médico.

Sólo los muy pesimistas entonces pudieron advertir, cuánta razón tenía Georges Orwell cuando decía que no se implanta una dictadura para defender una revolución, sino que se hace una revolución para implantar una dictadura.

Y tal vez cauce mayor asombro si digo ahora que todo lo que sigue no se referirá a Cuba, sino al error que, Insulsa incluido, colocan al general Rangel fuera de la institución o si se prefiere, de la institucionalidad. No es así: ese señor se ha colocado así fuera del género humano.

Tampoco se tome esto como un insulto personal: eso es tan viejo como Rousseau: fuera del contrato social (otros hablan de la ley), solo existe la horda, gregaria y caníbal. Y tampoco se tome esto de forma personal. Lo que diré a continuación sí es un "refrito" de nuestro discurso de incorporación a la Academia de la Historia.

De Cicerón al Premio Nobel

"Aquí hay que traer a cuento una idea que Cicerón expresaba hace más de dos mil años: "Quienes ignoran lo que ha ocurrido en el mundo antes de que nacieran, son siempre como niños".

Tal vez el elocuente orador romano pensaba en la inocencia de los niños; pero no todo es angelical en ellos. Para Lagervist, el escritor sueco que en 1951 obtuvo el Premio Nobel, escribió un cuento sobre uno de esos pueblos de los cuales se podía decir que "no era un país que tenía un ejército, sino un ejército que tenía un país".

Habiendo dominado toda Europa, y cansados sus soldados de no tener enemigos a su medida, decidieron formar un ejército de niños para su ocupación. Al cabo de poco tiempo, los países ocupados rogaban una sola cosa: que les enviasen para dominarlos un ejército de adultos. Porque al contrario de lo que podría pensarse, los niños son conservadores, autoritarios, no suelen rebelarse contra la jerarquía y son capaces de cumplir sin chistar la orden más inhumana.

Crueles y sistemáticos

Son no solo crueles sino sistemáticos en su crueldad: humillan y hasta torturan a los más débiles y se rinden ante el superior, el más fuerte; de quien aceptan sin cuestionar hasta el peor castigo, ante el cual solo tienen el recurso a las lágrimas para impetrar el más humillante perdón.

Pocas veces hemos leído una sátira más certera sobre lo que el fascismo, en especial el alemán, llegó a hacer con su pueblo; pocas veces hemos visto descrito con más vivos colores la empresa que todo fascismo, todo totalitarismo, todo militarismo, emprende con su pueblo: reducirlo al estado de niñez mental".

Seguimos defendiéndolo

Pero no hemos terminado con nuestras defensas del general Rangel Silva. Hay un problema de formación: les han metido en la cabeza que el fundador del ejército nacional fue el Libertador. Nada más falso: el creador del ejercito actual, como columna vertebral del Estado actual moderno fue el general Gómez. Y fue concebido como una fuerza de ocupación, como un ejercito extranjero; obediente solo al látigo del Benemérito. Es lo que algunos analistas alemanes llaman la comunidad carismática. O sea un punto más que lo acerca a la horda obediente solo a la retórica del jefe.

Es todo lo que tendría que decir en defensa de este tipo. Él y sus secuaces solo entrarán en razón cuando tengan claro que Venezuela no les debe nada; que todo lo que son, o lo bueno que podrían ser son ellos los que se lo deben a Venezuela. Es todo lo que tenemos que decir al respecto. Los insultos invéntelos ustedes.

PD: Lo único que no debería decirse de la muerte de Maza Zavala es que sea irreparable. No se debe decirse de un hombre de tan prolongada y fructífera labor docente y escrituraria. Sus miles de alumnos y lectores son el material para reparar la pérdida que deja con su ausencia.

hemeze31@gmail.com




Centralización y fragmentación

La tendencia busca la penetración de la voluntad del Presidente hasta confines minúsculos

ELÍAS PINO ITURRIETA | EL UNIVERSAL
domingo 30 de enero de 2011 12:00 AM

El Gobierno se debate entre el apetito totalitario y la conspiración de la reali-dad frente a ese apetito. El estómago del Presidente quiere engullir más poder, pero muchos elementos, ajenos a su voluntad mas también propios de ella, le impiden el consumo del menú. No solo porque quienes lo observan en la preparación del banquete prefieren una dieta menos alimenticia para el jefe del Estado, sino también porque el propio cocinero se dedica a dañar la receta y a permitir que los ingredientes se pudran. El contraste le viene bien a la sociedad democrática, debido a que pone en evidencia las debilidades de un proyecto condenado a no llegar lejos; pero, a la vez, descubre una incompetencia capaz de producir infinitas calamidades. La analogía con los fogones que no atinan en el cocimiento de la materia prima ahora se utiliza para el comentario del Reglamento de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno, recientemente aprobado por la Asamblea Nacional, y para llamar la atención sobre los impedimentos que el propio régimen opone a la regulación.

La referida ley establece una mudanza de entidad en el manejo de las competencias establecidas hasta la fecha para la administración de los recursos públicos. Ahora el Consejo Federal del Gobierno, coordinado por el Vicepresidente Ejecutivo e integrado en su abrumadora mayoría por funcionarios del chavismo, debe ejecutar las políticas dispuestas por el jefe del Estado, entre ellas la transferencia de competencias y recursos a "las organizaciones de base del poder popular". En consecuencia, los estados y los municipios a los cuales atañe el manejo habitual de los presupuestos y el diseño de orientaciones de carácter regional y local, se convierten en figuras que apenas disponen de alternativas de subsistencia o deben hacer maromas para no morir de inanición. Para justificar el cambio, los legisladores acuden a una variación de trascendencia en torno al origen de la autoridad que puede permitir la ejecución legal del dinero y la forma lícita de utilizarlo. Hablan de la existencia de organizaciones "detentadoras del la soberanía originaria del Estado", a las cuales corresponderá una respuesta relacionada con la calidad de una procedencia superior que las convierte en fundamento de la administración del bien común. Una procedencia superior, en efecto, debido a que se sobrepone a las emanaciones de la soberanía popular ejercida por los ciudadanos cuando eligen a sus gobernadores, a sus alcaldes y a sus concejales. Esa elección se vuelve irrisoria, debido a la existencia de una emanación antecedente y preferente en función de la cual adquieren supremacía las instancias inventadas por la flamante ley. La soberanía popular, pese a una trayectoria que remonta a la Carta Magna de 1811 y a una reiteración principista que no ha faltado ni una sola vez a lo largo de nuestra historia constitucional, se convierte en una soberanía de segunda, en una vacía fuente de atribuciones cuyo destino puede ser la desaparición progresiva. No solo por la "teoría" comentada, sino también porque el Reglamento de la Ley dispone la creación de "distritos motores de desarrollo", cuya formación dependerá del Poder Ejecutivo y cuyos fondos se regirán de acuerdo con el espíritu que reine en las comunas, con el interés de quienes las forman.

La tendencia busca la penetración de la voluntad del Presidente hasta confines minúsculos, la manipulación de la vida pública y aún la modificación del mapa político hasta convertirlo en feudo de un jefe supremo que juega con las potestades habituales de la topografía y con la topografía misma. Sobre tal propósito quizá no quepan las dudas, pero pueden reinar contundentes cavilaciones sobre cómo puede lograr el objetivo cuando, mientras lo estampa en el papel de las regulaciones y lo pregona en los discursos, no es capaz de lograr uno de los propósitos fundamentales del Estado moderno: el dominio del territorio. El chavismo, debido a la incuria de sus burócratas y a la preferencia que ha concedido a la retórica sobre los fenómenos que desfilan frente a sus narices, ha hecho de Venezuela el archipiélago que era en el siglo XIX. A partir de la tercera década del siglo XX habían logrado los gobiernos la fábrica de una sociedad que gozaba de una uniformidad producida por su comunicación interior, gracias a la cual era posible el intercambio entre todos los paisajes y entre las numerosas y diversas economías domésticas, pero también una alternativa plausible de conocer y entender los negocios políticos en los parajes más distantes de la capital. Ahora la colectividad experimenta las rémoras del pasado, hasta el punto de que nadie puede programar con relativa seguridad ni siquiera algo tan simple como un viaje de turismo: carreteras destrozadas o inexistentes, aeropuertos en deplorable estado, transporte público ineficaz y hasta demoras e interrupciones en los servicios de Internet.

Los problemas de comunicación no solo incumben a la gente sencilla. También impiden la expansión de los tentáculos del pulpo, quien debe enfrentar el desgajamiento del mapa como sucede con los planes de un turista común y corriente, con el agobio de un comerciante desesperado o con la angustia de un enfermo necesitado de atención. De allí que seamos federales a la antigua y a juro, en suma, pese a que la Ley del Consejo Federal invente "soberanías originarias". Recetas van y vienen, no hay que perderlas de vista, pero el cocinero es muy incompetente.

eliaspinoitu@hotmail.com

De ciudadanos a delincuentes

Es escandalosa la restricción para las organizaciones ciudadanas

ELÍAS PINO ITURRIETA | EL UNIVERSAL
domingo 23 de enero de 2011 12:00 AM

La Asamblea Nacional clausuró de antemano el diálogo que ahora propone el presidente Chávez. Antes de la inesperada invitación a la concordia y mientras se preparaba el advenimiento del nuevo período legislativo, aprobó una Ley de Defensa de la Soberanía Política y Autodeterminación Nacional mediante la cual se cercena el derecho a la opinión y a la acción pública de ciudadanos o grupos de ciudadanos que hasta entonces la ejercían sin trabas. La nueva ley, aprobada con velocidad supersónica en la sesión de 21 de diciembre de 2010, víspera de Navidad, condena al silencio a un sector importante de esos venezolanos a quienes ahora se invita a constructivas tertulias. Como viola los derechos políticos que cualquier individuo está en sobrada capacidad de ejercer, desde su individualidad o a través de la asociación con sus semejantes, la regulación pretende la imposición de una mudez política que vuelve irrisión cualquier alternativa de debate. No solo porque aumenta las trabas a la participación organizada frente a las urgencias de la sociedad, sino especialmente porque la convierte en un delito.

La norma parte de una preocupación en torno a la cual no debe suscitarse alarma: cómo evitar el desarrollo de "actos desestabilizadores e insurreccionales en contra del Estado". Es evidente que nadie en sano juicio comparte la idea de ponerse a revolver las cosas hasta el punto de hacer del país territorio ingobernable con apoyos inconfesables, argumento que aconseja el respaldo de los legisladores preocupados por nuestra soberanía y por nuestra autodeterminación. Sin embargo, la custodia de la estabilidad y la integridad de la nación los condujo por un aventurado itinerario que desemboca en la prohibición de la disidencia organizada, o simplemente de la autonomía de la opinión pública. Estos severos licurgos, en efecto, llegaron al extremo de considerar como "desestabilizador e insurreccional" el hecho de que un ciudadano o una agrupación de ciudadanos reciban recursos del extranjero para promover las causas o las acciones que estimen convenientes. Si una organización o un individuo piden financiamiento internacional para llevar a cabo un proyecto ante la vista de todos, para hacer críticas y elevar peticiones ante la autoridad con el propósito de reclamar justicia, o simplemente para llamar la atención sobre situaciones que incumben a la sociedad o a un sector de ella, pueden ser reos de delitos susceptibles de penas dentro de las cuales caben las multas y la inhabilitación política.

Según señala su artículo 3, la norma va dirigida a quienes promuevan participación de la ciudadanía en áreas como plazas y avenidas, a quienes pretendan la vigilancia de los poderes públicos o a quienes presenten candidatos para ocupar cargos de elección popular. No se atreve a impedir del todo la posibilidad de tales conductas inherentes al derecho de ciudadanía, pero las lleva a extremos de mutilación cuando las hace depender apenas de lo que puedan buenamente recaudar en el ámbito doméstico. Debe recordar el lector cómo existía ya una Ley de Partidos Políticos que impedía a las toldas identificadas como tales la recepción de recursos provenientes del extranjero. Para volverlas más hueras o más flacas, desde luego, mientras el partido de gobierno encuentra alimento de sobra en el presupuesto nacional transformado en pródiga despensa. Si ya es escandalosa la restricción para los partidos, lo es en mayor medida para las organizaciones ciudadanas a quienes, en ningún caso y bajo ningún pretexto, se puede dar un trato semejante si no se quiere burlar la esencia de la cohabitación republicana.

Echemos un vistazo de las personas y de las agrupaciones a quienes va dirigida la ley, para calcular a cabalidad la estatura del atropello que comete. Se trata de individuos y de organizaciones respetables como Liliana Ortega y Cofavic, Carlos Correa y Espacio Público, Rocío San Miguel y Control Ciudadano, Leonardo Carvajal y Asamblea de Educación, Humberto Prado y Observatorio de Prisiones, Marino Alvarado y Provea, Carlos Genatios y Ojo Electoral, Feliciano Reina y Civilis, Manuela Bolívar y Lidera, Rafael Alfonzo y Cedice. Son muchos más, que el lector memorioso y agradecido recordará mejor, criaturas y hechuras de una nueva etapa de compromiso con el bien común a la altura de las trágicas urgencias de la actualidad y a las cuales se agregan los capítulos nacionales de movimientos como Amnistía Internacional, Médicos sin fronteras y Reporteros sin fronteras, que no trabajan para beneficio personal ni para el fomento de planes macabros. Valiéndose del subterfugio de una legalidad que no sólo choca con la Constitución sino también con principios universales de transparencia y de cooperación con causas dignas de todo encomio, el Gobierno los quiere con la voz apagada. El Gobierno supone que, al reducirlos a la condición de menesterosos, cesarán sus trabajos o pasarán inadvertidos. Se equivoca, pero es exactamente lo que pretende ante la imposibilidad de que uno de sus plumazos los borre de la faz de Venezuela.

Ahora el régimen los puede incluir en la casilla de los delincuentes sujetos a exclusión política o a castigo pecuniario. Sabemos que son ciudadanos honrados, pero sólo hasta cuando lo determinen los jueces transfigurados en escudos contra "la planta insolente del extranjero". Con tan perverso prólogo el Presidente convida a un diálogo nacional, sobre cuyos frutos no va descaminado el que se ponga a dudar.

eliaspinoitu@hotmail.com

Y aqui camarita un camarada suyo le enredó el guaral

Lina y Andrés Eloy

SERGIO DUQUE

Sábado 5 de marzo, la mujer barría las hojas caídas cual otoño tropical, responde al teléfono: “Sí, aquí en la Plaza Lina Ron”. Un busto del poeta, un mural con una frase suya no parecían advertir que estábamos en la Plaza Andrés Eloy Blanco. Pero, ¿A quién importa?, Desde hace tiempo es la Plaza de Lina, allí, frente a Santa Capilla. La Plaza Lina Ron.

Las caras largas, tristes, las banderas rojas y amarillas, las manos entrelazadas en un puño. Son blandidas: UPV, Unidad Popular Venezolana.

En la última hora cesan los partidos, ahí estábamos todos: comunistas, peseuvistas, upevistas, el Polo unido en un dolor. Una voz solitaria: ¡Lina Vive, Vive¡, ¡La lucha sigue sigue!.. Estallan aplausos, llega la caravana. Un rostro lloroso, apurado, se arroja a los brazos de un camarada de chaqueta tricolor, lo sujeta, lo abraza, lo consuela, lloran juntos. No son las únicas lágrimas derramadas al paso del féretro color caoba llevado en hombros. Atraviesa el pasillo de almas y banderas. Se agitan los corazones. Las notas del himno nacional la honran. No menos de 500 personas hacían fila en la capilla ardiente: Madres, hermanas, esposas, sus esposos, sus hijos, los camaradas. Huele a lluvia, nadie los amilana. Hablan entre ellos, se preguntan “¿Tuvo hijos?, no sé, chico. -¿Viene el Comandante?. – No sé, ahí está Aristóbulo. – ¿Ese es Darío, no?.

Un toldo guarda la cruz cristiana flanqueada por los cirios sin encender, las flores, la bandera ocho estrellas, la rojiamarilla, enarboladas por camisetas verde olivo.

Andrés Eloy, aprueba desde el fondo: “Que vengan comiendo mango por las barriadas de mi cielo”.

Lina vive!…

CCS Informativo oficialista gratuito dominical.




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